Que vergüenza una hija así
Un acercamiento a la vergüenza como experiencia y como mecanismo
Durante mucho tiempo lidié con la vergüenza
Primero
Vergüenza por donde vivía
Vergüenza por cómo estaba mi casa
Por la disfunción de mi familia
Vergüenza
Después vergüenza por que me pegaron en público
Vergüenza de ser vulnerada, humillada a la vista de todos mis compañeros de clase
Vergüenza por ser abusada
Vergüenza por los golpes evidentes en mi cara, los moretones, los huecos sin pelo mejor escondidos de mi vida
Vergüenza si alguien se entera
Asistentes sociales golpeando la puerta
Que vergüenza
Algunas veces pensé que la salida rápida para irme podría ser prostituirme, ni siquiera lo intenté por vergüenza
Si solo pensarlo se me nubla el cuerpo
Y que vergüenza después irme de mi casa con 15 años, con el hombre que abandonó a mi madre y que ni siquiera me reconoció, dejar a mi vieja que nos dio todo lo que pudo y que al menos no nos abandonó en una cuneta
Dejé a mis hermanos en ese calvario intentando salvarme yo
Que vergüenza de hija, y de hermana
Pero tenía que hacer algo por mi si quería vivir
Con vergüenza y todo
Después la vergüenza fue mutando y fue
Vergüenza por equivocarme
Vergüenza por no saber qué responder cuando el psiquiatra me preguntaba que había pasado
Vergüenza por estar en una cola de gente con tendencias suicidas y depresivas en un hospital público
¿Cómo llegué hasta acá?
Después fue Vergüenza por tomar pastillas antidepresivas
Pastillas para dormir
Vergüenza por estar dopada
Haciendo el ridículo en familia
Eso si, con la rebeldía apagada, bien calladita
Después sin pastillas… ya aliviada, distanciada
Vergüenza por salir con un chico a escondidas porque mi papá no me dejaba y vergüenza porque me descubrieron
Que pu* , que desubicada
Que mala hija
Que vergüenza una hija así de 18 años mostrando la panza con un top y a los besos con un chico …
“Te va a dejar con varios hijos y abajo de un puente” sentenciaron
Que vergüenza ajena igual esa sentencia patriarcal
(?)
La vida siguió pasando y la vergüenza creciendo
Vergüenza por no terminar el secundario
Por favor que nadie se enterara
Vergüenza por separarme
Por abandonar los estudios
Por enamorarme de otro
Una pu* cristalizada con honores
Ahora si, con bombos y platillos
Que vergüenza
Escuché varios discursos sobre cómo se comporta una señorita inglesa
Y vergüenza otra vez, por ser no ser la hija perfecta
Porque claro pensaba yo, hija abandonada, fallada
Vergüenza por quedarme sola lidiando con dos peques, uno de cada padre, que vergüenza
Vergüenza por ser la “divorciada”
Fracasada del amor
Vergüenza por no saber cómo se sale de ahí
Vergüenza por seguir equivocándome
Una y otra vez
Vergüenza
Siempre vergüenza por no estar a la altura de no sé quién
¿En quien nos referenciamos?
No tengo idea
Un acercamiento teórico a la vergüenza
“Si quieres la paz, prepárate para la guerra”.
Winston en John Wick
Comprender la vergüenza es crucial en el tratamiento y la recuperación del trauma, ya que permite abordar no solo el trauma en sí, sino también las emociones secundarias que pueden haber surgido a partir de ahí.
Si seguimos la línea de Janina Fisher y Peter Levine, la vergüenza es un mecanismo defensivo. Aunque la vergüenza es una emoción compleja que puede estar relacionada con la experiencia social y la autoevaluación, su manifestación puede estar profundamente influenciada por experiencias traumáticas y la respuesta del sistema nervioso.
Lo que la convierte en una forma de protección psicológica, nos protege de la exposición o el juicio de los demás.
Ante experiencias de trauma, algunos desarrollamos una intensa autocrítica y una necesidad de ocultar sentimientos o experiencias por temor a ser rechazados o no comprendidos.
Desconexión emocional
“Si entendiéramos completamente las razones del comportamiento de otras personas, todo tendría sentido.” Freud
La vergüenza puede llevar a la desconexión emocional y a la disociación. A veces nos impide enfrentar el dolor al sentir vergüenza de las reacciones o de la naturaleza del trauma. Y también puede evitar que pidamos ayuda.
La vergüenza en mi caso contribuyó a perpetuar el ciclo del trauma al generar estrés y ansiedad. Durante mucho tiempo estuve atrapada en un estado de vigilancia constante sobre cómo era percibida por los demás, lo que me condujo junto a otras cosas a un mayor aislamiento y dificultad para procesar mi dolor.
Impacto mucho en mis relaciones, tenía muchas dificultades para abrirme o confiar en los demás debido a la vergüenza y desconfianza que sentía. Esto resultó para mí en relaciones disfuncionales y en la evitación de la intimidad.
¿Por dónde empezar?
Primero procesar las emociones asociadas:
Desde el enfoque transpersonal invitamos liberar y procesar las emociones reprimidas o estancadas relacionadas con el trauma, no solo vergüenza, miedo, ira, en un espacio seguro. Nos embarcamos en el viaje de sentir, de ir hacia adentro paso a paso.
La integración incluye prácticas que promueven la reconexión somática, como respiración consciente, movimiento corporal o meditación, será parte del trabajo.
Dar significado a la experiencia:
Desde una perspectiva transpersonal, animo a ver el trauma no solo como un evento doloroso, sino también como una posible fuente de aprendizaje, transformación personal y crecimiento espiritual.